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lunes, 18 de agosto de 2014

Facebook no solo vende información de sus usuarios, también experimenta con ellos

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Facebook se coloca otra vez en el ojo de la tormenta en el mundo de la tecnología. La mayor red social del mundo reconoció que en enero de 2012 utilizó los perfiles de más de medio millón de personas para llevar a cabo un experimento científico sobre su influencia en el estado anímico de los usuarios.
En mayo de ese año, cuatro meses después de realizar este experimento, el servicio creado por Mark Zuckerberg realizó cambios en su política de privacidad que los usuarios aceptan al registrarse en el servicio.
Fue así que incluyó en el capítulo “Cómo utilizamos la información que recibimos” la parte de “investigación”.
Y señala: “Podemos utilizar la información que recibimos sobre ti para operaciones internas, incluidos la solución de problemas, el análisis de datos, la investigación, el desarrollo y la mejora del servicio”.

El experimento

Para responder a la pregunta “¿cómo influyen los contenidos de Facebook sobre las emociones de los usuarios?”, un grupo de investigadores modificó durante una semana de enero de 2012 el tipo de contenido que se mostraban a 689.003 personas en sus cuentas en la red social.
A través de un algoritmo, los científicos omitieron para algunos usuarios aquellos contenidos con palabras con connotaciones positivas, mientras que para otros hicieron lo mismo con los mensajes con palabras que expresaban negatividad.
“La razón por la que llevamos a cabo esta investigación es porque nos importan el impacto emocional de Facebook y la gente que utiliza nuestro producto”, indicó en una entrada en su página de Facebook Adam Kramer, uno de los científicos que tomó parte en la investigación.

Se defiende

“La razón por la que llevamos a cabo esta investigación es porque nos importan el impacto emocional de Facebook y la gente que utiliza nuestro producto”, indicó en una entrada en su página de Facebook Adam Kramer, uno de los científicos que tomó parte en la investigación.
Pese a defender el propósito del estudio, Kramer admitió errores por haberse divulgado el experimento a través de un artículo publicado en la revista científica “Proceedings of the National Academy of Science”, el pasado 17 de junio, en el cual, a su juicio, “no se explicaron de forma clara los motivos de la investigación”.
Una portavoz de Facebook defendió la postura de la red social sobre esta política: “Siempre hemos pedido permiso para usar su información para mejorar los servicios que ofrecemos cuando alguien se registra a Facebook”, indicó a la revista Forbes. “Sugerir que llevamos a cabo una investigación corporativa sin permiso es una ficción”, añadió.

¿Usuarios o ratones de laboratorio?

El estudio de Facebook ha levantado numerosas críticas en las redes sociales, en las que se acusa a la compañía de utilizar a sus usuarios como animales de laboratorio e incluso se ha llegado a especular con el daño que la modificación de los contenidos pudo tener sobre personas con tendencias depresivas.
Los resultados del estudio reflejan que los estados anímicos expresados por otras personas en la red social ejercen un efecto de contagio sobre los usuarios, ya que la abundancia de mensajes positivos se correspondió con un aumento de los mensajes positivos por parte de los usuarios y al revés, los mensajes negativos incitaron a la escritura de más mensajes negativos.
A juicio de los investigadores, esto demuestra que las redes sociales actúan como “elementos de contagio” de emociones a “escala masiva”.

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